Muchos y grandes son los nexos de la política y el deporte, no solo en el país, sino en el mundo, innumerables gobiernos de diferentes latitudes en mayor o menor medida han metido las manos en el gran negocio que implican los deportes profesionales, desde la compra de espacios publicitarios en los grandes eventos deportivos, hasta la adquisición y administración de franquicias que lucran dentro de la industria de uno u otro deporte, sin dejar de lado los manejos generalmente poco transparentes que envuelven al deporte nacional, y aunque en Enlace a Cancha no queremos meternos en temas de polémica política, cierto es que nuestra afición deportiva por la NFL, esta vez se ve anímicamente golpeada ante los cambios que ya se gestan a nivel político y que tomarán forma a partir del 1ro de diciembre siguiente.
Es que a tan solo días de que la NFL anunciara que el partido que se había programado en el estadio Azteca para el próximo 19 de noviembre, se cambiaba de sede de vuelta a la ciudad de Los Ángeles, casa de los Rams, debido al deplorable estado del pasto en la casa de las águilas, vuelve a resonar con todo la posibilidad de que las negociaciones que darían a México más partidos de temporada regular de la NFL se entorpezcan de manera dramática, cancelándose incluso el contrato entre la NFL, Televisa y el Gobierno de México en favor de este evento.
Pero antes de que salgamos a hacer una marcha en favor de la NFL en México y en contra de la administración entrante, analicemos los hechos y dejemos que el mejor criterio prevalezca. Es indiscutible que la derrama económica que los eventos internacionales traen consigo es impresionante, tan solo con el partido del 2017 se estima que la economía giro alrededor de los 600 millones de pesos, sino es que más. Con la cancelación de este año se calcula la lamentable pérdida de 500 millones de pesos y más de 2500 empleos directos. Sin mencionar que un partido como en MNF (o una carrera de F1) ponen los ojos del mundo sobre un país que ha sido golpeado por la crítica internacional por sus problemas internos, dándonos la oportunidad de demostrar que México sigue siendo un buen lugar para visitar. Eventos como este, generan confianza internacional.
Un motivo para que el gobierno del Sr. López decida cancelar el contrato que traería al menos 2 partidos más en 2019 y 2020, sería el ahorro de la cuantiosa cantidad de 14.5 millones de pesos que el gobierno de Enrique Peña Nieto diera a la NFL como fianza en la realización del partido, dinero que se destino a los diferentes espacios publicitarios que ofrece el MNF, es decir, esos 14.5 millones de pesos que le dieron garantía a la NFL de que un partido en la Cd. de México era negocio, fueron en pocas palabras gastos de imagen y publicidad, uno de los gastos constantes y más criticados por la oposición del gobierno de EPN y que claramente la nueva administración, por su discurso hasta ahora, no es tiene como prioridad.
Sin duda, el gasto en imagen y publicidad que la administración que está por salir hizo, fue grande, parece sensato que el futuro presidente, siendo de oposición se vaya en otra dirección y declare que los hechos dirán más que miles de spots. Sin embargo, esos 14.5 millones de pesos que el gobierno dio a la liga de fútbol americano profesional del país vecino, se tradujeron no solo en los cientos de millones de pesos de la derrama económica, sino además en una entrada de 67 millones de pesos a las arcas de la administración por temas fiscales y pagos de impuestos. Esto es un dato duro de que con los partidos de la NFL ganamos todos, gana el turismo, gana el comercio, gana la NFL, gana el gobierno y gana la afición, por lo que esperemos como aficionados a la NFL que estos datos den ánimos a la nueva administración de conservar ambos eventos en tierras mexicanas, quizás y con suerte para los aficionados al deporte del diamante, se anime a negociar partidos de la MLB en suelo mexicano.
Nota: Tras la cancelación los 14.5 millones de pesos que diera el gobierno a la NFL, serán devueltos, así que no, Enrique no nos hizo perder, y si, falló la televisora, no México, la televisora no representa al país.
